El autor George Bernard Shaw trató de hacerse vegetariano a los veinticinco años.
Como explica en su biografía: “fue Shelley quien me abrió los ojos y me hizo ver lo enormemente cruel que era mi dieta”. Los médicos le advirtieron que aquella dieta le causaría la muerte. Cuando, ya anciano, alguien le preguntó porqué no había vuelto a aquellos médicos para que vieran lo bien que le había sentado, contestó: “Me hubiera gustado hacerlo, lo malo es que murieron hace años”. En otra ocasión le preguntaron como se las arreglaba para tener un aspecto tan joven a su edad. “No es exacto contestó Shaw -. Yo aparento la edad que tengo. ¡Son los demás los que parecen más viejos! “¿ Qué otra cosa podríais esperar de gente que se alimenta de cadáveres?.” Acerca de la relación entre comer carne y la agresividad del hombre ,
Shaw escribió: “El domingo oramos que la luz ilumine nuestro camino. Estamos cansados de guerras, no queremos más combates, pero, sin embargo, nos atiborramos de cuerpos muertos.”
Issac Bashevis - Nobel de Literatura - “Lamento no haberme hecho vegetariano antes, pero más vale tarde que nunca. Somos criaturas de Dios y no tiene sentido que le pidamos a él justicia y misericordia, si después continuamos comiendo carne de animales porque han sido matados porque nosotros así lo quisimos. Incluso si se demostrara científicamente de que la carne es un alimento bueno, yo no la comería”
Egipto :Los sacerdotes seguían una dieta vegetariana para poder mantener el voto de castidad. Rechazaban también los huevos que consideraban “carne liquida”.
Antiguo Testamento : La base del Judaísmo, hace algunas referencias al consumo de carne, aclara también que la situación ideal es el vegetarianismo. En el Génesis (1.29), Dios dice : “He aquí que te he dado toda hierba con su semilla, y todos los árboles que pueblan la tierra, con su fruto, que contiene la semilla de todo árbol, para que te sirvan de alimento”. Al comienzo de la creación, según la Biblia, parece que ni siquiera los animales se alimentaban de carne. En el Génesis (1.30), Dios dice : “Y a todos los animales de la tierra, a todos los pájaros del cielo, a todos los seres que se arrastran por el suelo, allí donde exista una forma de vida, a todos ellos. Yo le he dado toda clase de hierba para alimentarse; y así sea”.
También en el Génesis (9. 4) Dios prohibe directamente la carne: “Pero carne con su vida, que es su sangre, no comerás. Y sabe cierto que reclamaré la sangre de tu vida, y la reclamaré por mano de todo animal”.
En los últimos libros de la Biblia, también los profetas condenan el consumo de carne. Isaías (1. 5) afirma : Dios el Señor: Me habéis sacrificado gran número de ovejas y de bueyes, pero a Mi no me complace la sangre de las vacas , de los corderos y de las cabras; cuando alzáis las manos, Yo aparto los ojos de vosotros, y cuando oráis no os escucho, porque vuestras manos están manchadas de sangre.”. Según Isaías (66. 0 ), matar vacas es un pecado particularmente grave: “Aquel que mata a un buey, peca como el que mata a un hombre”.
La Biblia presenta también la historia de Daniel, quien, prisionero en Babilonia, se negó a comer la carne que le ofrecían los carniceros, y prefirió alimentarse de sencillas comidas vegetarianas.
Muchos cristianos se dejan confundir por algunos pasajes del Nuevo Testamento en que se dice que Jesucristo comió carne. Pero estudios detallados de los antiguos manuscritos griegos han revelado que las palabras traducidas como “carne” son trophe y brome, que solamente significan “alimento” o “el acto de comer” en sentido amplio.
Por ejemplo, en el Evangelio de San Lucas (8. 55), se lee que Jesús resucitó a una mujer y “ordenó” que le diesen “carne”. La palabra griega original traducida como “carne”, es phago, que significa solamente “comida”. Por lo tanto lo que Jesús dijo realmente es : “Dadle de comer”. La palabra “carne” en griego es kreas, y nunca se utilizó en relación con Jesucristo. En el nuevo testamento no se dice en ningún momento que Jesús hubiera comido carne. Esto, por lo demás, coincide con la famosa profecía de Isaías acerca del advenimiento de Jesús : “Una virgen concebirá y dará luz un hijo, y su nombre será Emmanuel. Comerá mantequilla y miel, porque sabrá rechazar el mal y elegir el bien”.
Clemente de Alejandría, uno de los padres de la Iglesia, recomendaba una dieta sin carne, citando el ejemplo del Apóstol Mateo que “ se alimentaba de semillas, frutos secos y vegetales, sin carne. San Jerónimo, otro de los padres de la antigua iglesia cristiana, que describió la versión latina autorizada de la Biblia que todavía hoy se usa, escribió : “Cocinar vegetales, frutas y legumbres es fácil y económico”. San Gerónimo sugería esa dieta a quien quería consagrar su vida a la búsqueda de la sabiduría. San Juan Crisóstomo consideraba el comer carne cruel y antinatural por parte de los cristianos: “ Nos comportamos como lobos, como leopardos …peor incluso que ellos; porque la naturaleza ha dispuesto que ellos se alimenten de ese modo, pero nosotros, que hemos recibido de Dios la palabra y el sentido de la justicia, nos hemos vuelto peores que las fieras salvajes”. San Benito, fundador de la orden Benedictina en el año 529 d. de C., estableció para sus monjes una dieta vegetal.
También a los trapenses les fue prohibido, desde su fundación en el siglo XVII, el comer carne y huevos.
Si bien el Concilio Vaticano II relajó esas normas, en la actualidad todavía son muchos los monjes trapenses que siguen la regla original. Es, sin embargo bastante sorprendente que en muchos monasterios trapenses se crían animales para enviarlos al matadero como medio de financiación.
También la Iglesia Adventista recomienda a sus seguidores que sean vegetarianos. Pocos lo saben pero la enorme industria americana de “productos para el desayuno”, nació en un balneario dirigido por el Dr. Jhon
H. Kellogg, que investigaba constantemente nuevos desayunos a base de productos vegetales para los ricos pacientes del balneario. Así preparó los primeros copos de maíz, que, más tarde distribuyó por todo el país. Con el paso de los años, el Dr. Kellogg fue poco a poco separando sus negocios de la iglesia adventista, y de ese modo fundó la industria que todavía hoy lleva su nombre.
El país con mayor cantidad de vegetarianos en la actualidad es la India, patria del budismo y el hinduismo. El budismo nació como reacción al exterminio de animales que se estaba llevando a cabo con el perverso pretexto de realizar rituales religiosos. Buda puso fin a esas prácticas y propuso su doctrina de ahimsá, es decir, de la no violencia.
Las Escrituras Védicas de la India, que se remontan a épocas anteriores al budismo, subrayan la importancia de la no violencia como fundamento ético del vegetarianismo. La Manu - samhita, antiguo código de leyes hindú, establece :
“Para obtener la carne, es siempre necesario herir a un ser vivo, lo cual es un grave impedimento para alcanzar la bienaventuranza celestial; por lo tanto, hay que abstenerse de comer carne”. En otro pasaje, la Manu - samnitha dice : “Habida cuenta del desagradable origen de la carne y de la crueldad de aprisionar y matar seres vivos, es necesario abstenerse de comer carne”.
El Gran Maestro Espiritual Srila Prabhupada, fundador del movimiento Hare Krsna explicaba : “En la Manu - samhita se establece el principio de que una vida vale una vida, principio que se sigue prácticamente en todo el mundo.
Existen leyes similares que sostienen que incluso quien mata a una simple hormiga es culpable de ello. Puesto que no podemos crear, no tenemos derecho a quitar la vida a ningún ser vivo, y, por lo tanto, las leyes humanas que hacen diferencias entre matar a un hombre y matar a un animal son imperfectas… Según las leyes de Dios, matar a un animal es tan grave como matar a un hombre.
Quien hace la diferencia entre ambas acciones está inventando sus propias leyes. Incluso en los Diez Mandamientos se prescribe : “No matarás”. Esa ley es perfecta, pero la gente la interpreta en forma equivocada, pensando : “No mataré a ningún hombre, pero puedo matar a los animales”. Quienes así razonan se engaña a sí mismo y crean dolor para ellos y para los demás”.
Llamando la atención sobre el concepto védico de la “unidad de todo lo creado”, Srila Prabhupada concluye : “Todos somos criaturas de Dios, sea cual sea el cuerpo en que vivamos , el traje que vistamos. Dios es el padre supremos de todos. Un padre puede tener muchos hijos, unos inteligentes y otros no, pero si un hijo inteligente dice al padre: “Mi hermano no es muy inteligente, voy a matarlo”,¿ creéis que el padre va a estar de acuerdo?. Del mismo modo, si Dios es nuestro padre supremo, ¿porqué iba a concebir que matemos a los animales que también son hijos Suyos?”.
Querido lector debe Ud. comprender de que: sí existe una necesidad en aportarle la mayor cantidad posible de información y argumentos al respecto de este tema, en razón no solo de la importancia relativa a la salud sino también al ser consciente de las connotaciones particulares que tiene nuestro país con una cabaña bovina que supera en el doble al número de habitantes y un fuerte “marco social - alimenticio”, sostenido por una fuerte industria, en que se desenvuelve la sociedad Argentina.
Aún cuando existen muchas más razones y argumentos para continuar aportando al tema; dejo abierta la puerta a la inquietud personal de cada uno de ustedes , para lo cual me pongo personalmente a su disposición.
El actual estado de cosas en materia alimentaria hace pacible a nuestra población de sufrir no solo enfermedades en todos los frentes, sino también la exposición a otro tipo de sufrimientos por la matanza de animales, que como Ud. bien podrá deducir no solo a través de la lectura sino también de su actual “estado de consciencia”, estado que es individual e independiente de su estudio y/o la formación técnica que posea; “estado” que depende exclusivamente de su espíritu, el que a su vez está en dependencia de lo “Superior”.