Contrariamente a lo que podemos creer, los programas de alimentación bajos en grasa están diseñados para satisfacer a todos los gustos, incluso a los más exigentes. Estas dietas están pensadas en todas aquellas personas que no quieren renunciar a comer lo que más les gusta y que suelen abandonar las dietas, porque se sienten frustradas con la exigencia de demasiadas privaciones.
Los menúes están repletos de apetitosos platos, que a la vez son muy sanos y ligeros. Además, en estas dietas no hay límites, se puede comer casi de todo, pero siempre vigilando las cantidades y como suelen incluir alimentos ricos en calcio (lácteos desnatados), ayudan a eliminar la grasa corporal.
Tal como te hemos contado en anteriores posts, para perder peso no hay que eliminar toda la grasa de la dieta, simplemente elegir las grasas buenas: pescado azul, frutos secos, aguacate y, sobre todo, aceite de oliva.
Cuando sigas una dieta baja en grasa debes tener mucho cuidado con:
- Fritos: es la forma de cocinar en la que más grasas se añade.
- Embutidos: olvídate del chorizo, ya que la mitad de su composición es grasa.
- Refrescos azucarados y con gas: a pesar de ser light no aportan nada desde el punto de vista de la nutrición.
- Precocinados: su elevado contenido en grasa y sal, ocasionan retención de líquidos y, por consecuencia, aparición de celulitis.
- Salsas con base de nata: sustitúyelas por otras elaboradas con yogurt.
Sustitúyelos por los siguientes alimentos, que no deben faltar en una dieta equilibrada baja en grasas:
- Carnes blancas: tienen menos grasas y deben ser cocinadas sin piel.
- Verduras: tienen mucha fibra, y son ricas en vitaminas y minerales.
- Frutas ligeras: las fresas o el kiwi, por ejemplo, con bajo contenido en azúcares.
- Alimentos saciantes: ricos en fibra y con un elevado contenido de agua, como las sopas, purés vegetales, ensaladas e infusiones.
- Proteínas: consume aquellas que se encuentran en los lácteos desnatados, las legumbres y el pescado, debido a que son bajs en grasa, pero muy nutritivos.